Hay empresas fabricantes de audífonos, como puede ser Bernafon o Philips, que se caracterizan por investigar e innovar en búsqueda de nuevas soluciones auditivas para poder implementarlas en sus desarrollos. El Control de Volumen Inteligente es uno de estos grandes avances.

La forma tradicional de entender el volumen en los audífonos consistía en que cuando oíamos algo a un nivel sonoro bajo debíamos subir el volumen pero este se subía igual en todas las frecuencias originando que algunos de los sonidos los oiríamos bien mientras que otros podrían llegar a ser realmente molestos.

Debido a esta situación Bernafon buscó, no solo que el volumen se pudiera adaptar de un modo automático, sino además que fuera inteligente, es decir que determinadas frecuencias subieran la intensidad a un nivel mientras que otras lo deben hacer en menor proporción.

En el fondo lo que se busca siempre es que el "habla" sea la principal señal sonora que hay que percibir y entender.

En el pasado, cuando un cliente aumentaba o disminuía el control de volumen, tradicionalmente se cambiaba el nivel de presión sonora en la misma cantidad en todas las frecuencias. Si bien este tipo de implementación funciona muy bien en diversas situaciones, ahora podemos brindar una nueva opción que aprovecha la tecnología actual y toma en consideración la función natural del oído. Dependiendo de la frecuencia de un tono, un aumento de 20 dB en el nivel de presión sonora causa un aumento diferente en la sonoridad percibida por lo que este aumento excesivo puede lograr un impacto negativo en la calidad de sonido.

Con estos datos, relacionados con la curva isofónica, podemos aumentar la eficacia del control de volumen para el habla por la relación que ya conocemos entre el aumento de la sonoridad dependiente de la frecuencia.

El habla, o mejor dicho, la inteligibilidad del habla es lo que buscamos aplicar en nuestros audífonos y por ello aplicamos todos estos avances en nuestras ayudas auditivas.