Dejar de oír implica aislarse, encerrarse en uno mismo, y por supuesto ver el mundo desde un prisma pesimista. Por el contrario, con el empleo de unos audífonos* nuestro mundo se va a ampliar, a mostrar vital y van a ser nuestro mejor compañero.

Los audífonos nos permiten estar conectados con el mundo

La edad no perdona y con los años nuestra audición se va resintiendo y por tanto el mundo se va volviendo cada vez más pequeño y cerrado. Dejar de oír implica que las personas que lo sufren y no ponen remedio se van aislando poco a poco, pero irremediablemente. Sin embargo el empleo de unos audífonos devuelve a todas estas personas a la vida aunque pueda sonar exagerada esta afirmación.

La prueba de que las personas con audífonos se vuelven activas es que una vez que se acostumbran a su uso no van a renunciar a ellos. Los audífonos permiten a las personas con discapacidad auditiva volver a oír, volver a sentir los sonidos, en definitiva volver a vivir.

Lo que es cierto es que cada persona, en función de su pérdida auditiva y de su actividad social y familiar, necesita un audífono totalmente adaptado a sus condiciones particulares.

Por otra parte los audífonos han sufrido, especialmente durante estos últimos años, una gran evolución tanto a nivel de prestaciones como tecnológicamente hablando. Los aspectos que más demandaban los usuarios de estas ayudas auditivas han evolucionado de tal modo que los de hoy en día no tienen prácticamente nada que ver con los de hace unos pocos años. Los tamaños se han reducido considerablemente, el peso de los mismos también, han pasado de ser analógicos a digitales, se han vuelto resistentes, duraderos y además con una mayor autonomía. Incluso podemos ya contar con audífonos que no precisan pilas para su funcionamiento. Las baterías se han vuelto recargables.

Le recomendamos que pase por su Centro Auditivo más cercano, si no lo conoce entre en el siguiente enlace: Centros Auditivos, y le indicaremos el más próximo a su domicilio donde probar unos audífonos. Una vez que los empiece a usar y se haya adaptado a los mismos va a volver a descubrir lo maravilloso de los sonidos de la vida: el ruido de las ramas de los árboles, de los niños al jugar, del mar al romper contra las rocas, o el mejor de todos, el de sus seres queridos conversando con usted.

*El empleo de unos audífonos debe ser indicado por los profesionales audiólogos y audioprotesistas debidamente reconocidos.